En este blog lancé la advertencia. La publicación con suficiente antelación de las imágenes propuestas para la serie conmemorativa por los 500 años de la fundación de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey, pasaba por trabas administrativas, negaciones, excusas y peligro de manipulación o usupación de fotos. Lo temido sucedió el 2 de febrero, para mal como casi siempre de los sellos cubanos.
Aunque la serie al menos en sus sellos cumplió su misión y luce bien, desde el punto de vista ético, profesional y cultural el Departamento de Emisiones Postales autorizó e impulsó violaciones y equivocaciones.
La hoja filatélica está malograda. Más allá del colorido de la misma es inconcebible que se cambiara su diseño original para colocar justo en el Parque Agramonte a la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, cuando aledaño a esta plaza lo que se encuentra en la Catedral Metropolitana, desde hace unos días declarada por el Papa Francisco I como Basílica Menor.
Es un acto de soberano desconocimiento, un disparate por desgracia ya incluido en la historia postal nacional. Para colmo El Carmen ya había salido en el sello conmemorativo por el 495 aniversario d ela fundación de la ciudad ¿Para qué repetir innecesariamente?
Además, el objetivo de la hoja era continuar con la secuencia de las personalidades camagüeyanas (intento de revertir el uso conmemorativo en temático) con la estatua de Ignacio Agramonte y la aparición del nombre de su escultor. Todo fue cambiado- inconsultamente y de forma antiética- y Agramonte quedó fuera del motivo central de la hoja block, colocándose en este una iglesia anacrónica.
En el resto de las estampillas, con el mismo concepto de la propuesta inicial, el diseño se sometió a un cambio de todos los rostros.
¿Cuál fue la justificación para cambiarlos? La supuesta concepción del despixelaje, algo que no es cierto y se aleja de la técnica digital que se aplicó ex profeso ¿No hubiera sido más coherente que al diseñador original se le hubieran dado argumentos para que él mismo rectificara de acuerdo a intereses o gustos de la entidad administrativa engargada?
La propuesta se entregó con suficiente tiempo, y a falta de muy poco para su concreción empezaron los “peros”, los “obstáculos”, la negación de pago por derecho de autor (en los vericuetos burocráticos), las propuestas de la cesión de las imágenes para otro diseño similar…
Si la propuesta no era aprobada era obligatorio y ético que si se optaba por la serie esta fuera de modo y forma diferente. Si hay a quienes les pagan por investigar, diseñar y aprobar, pues si desean azul celeste que les cueste…al menos neuronas.
El caso de Jorge González Allué y de Rafael Fortún Chacón los
rostros elegidos eran cuadros del retratista camagüeyano Víctor Moreno. La sustitución eliminó este aporte extra (por supuesto que lo desconocían porque no se investiga nunca para hacer sellos), además de que en la figura de Fortún sus facciones no lo favorecieron respecto a la propuesta original.
En el resto de los sellos hay claridad, el cambio en el valor de Vicentina de la Torre benefició (por qué negarlo) pero se utilizó el fondo de la propuesta, por tanto…
¿De quién es el mérito de esta serie? Del Círculo Filatélico Ignacio Agramonte de Camagüey ¿Quién fue su diseñador original? Alejandro Bonet Piñón ¿Por el simple hecho de hacer cambios estéticos o técnicos puede aparecer en el informe oficial de la emisión el nombre de otro diseñador? No debería, pero ocurrió, aparece Ricardo Monnar, y lo siento, pero aunque pueda ser un reconocido profesional y la aparición de su nombre se deba a un formalismo (especulo) tan solo hizo cambios sobre lo ya creado y aunque la postestad de la elección de sellos está en el Dapartamento de Emisiones, ello no significa facultades omnímodas para pasar por encima de los derechos de autor.
¿Podrían aparecer ambos diseñadores en el documento que se archiva en el Museo Postal? No, pues el primero de ellos no es cupable de la equivocación con la Iglesia del Carmen ¿Y solo el segundo? Tampoco, no tuvo la idea original, tan solo manipuló ¿Podría pasar como un plagio? Saquen conclusiones… ¿Se tuvo algún respeto con los coleccionistas o autores intelectuales de la emisión? No, ninguno ¿Se tuvo en cuenta la investigación y justificación de los motivos de las estampillas? No.
¿Y por qué se cambió el cachet del sobre? ¿Porque no se veía bien? ¿Por capricho?
La serie en sí, salvo la hoja filatélica, es BUENA, pero para su concreción se hizo de la peor forma y método. Con la consulta personalizada se hubieran limado tantos y tantos irrespetos, pero no se ESCUCHA, no se ATIENDE…
Mientras la Federación Filatélica Cubana no sea un órgano de consulta, a quien se le preste atención más allá de lo nominal, mientras todo el poder de las emisiones postales esté en una sola dependencia del Ministerio de Comunicaciones en Cuba la calidad postal será cada día peor.
¿Entonces? El reclamo es que se modifique el acta de la emisión y se coloque al CF Ignacio Agramonte como el creador de la serie, más allá de los tropiezos antes expuestos. La única solución salomónica.
Realmente decepcionante….Y por que ademas usaron una imagen que debe tener mas de 10 anos del Parque Agramonte en la hoja filatelica de marras?
Pero según lo que he leído, eso ha sido una barbarie. Ha habido de todo: desconocimiento, chapucería, falta de respeto, plagio, Inconcebible. Eso no debe de quedarse así, merece una explicación, una reivindicación.
te felicito por el articulo tan interesante.