Los centroamericanos de Barranquilla

Con mucho colorido y calidez en el diseño, frescos agradables, con buen movimiento, cuatro estampillas conformaron la emisión postal por la celebración de los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018, una deuda entre las series cubanas al pasar por alto de manera increíble tres ciclos olímpicos. Léase bien, desde 1998 no salían a la palestra sellos con juegos regionales más antiguos, algo que asombra ante la avalancha de sellos conmemorativos (algunos sin sentido práctico o comercial) que inundan y sobregiran los gastos de impresión.

Son apenas cuatro valores, muy por debajo de la importancia insólita que se le concede al ballet entre las emisiones postales, así que bien se hubiera podido hacer a la ultranza de las décadas anteriores, con hoja bloc y entre cinco o seis sellos. No obstante es mejor que al menos salga la serie, porque el vacío de los centroamericanos no es concebible en una nación tan deportiva como Cuba.

Y ya en el tema específico de los sellos hubo buena combinación de colores y planos, jerarquización de las letras y uso del logotipo, no obstante pudieron mejorar en las especificidades de las denominaciones identificativas de las figuras elegidas. Además, los faciales son relativamente altos, todos para franqueo internacional.

El de 65 centavos muestra una acción de tackle del luchador Raúl Cascaret, el de 75 una acción de rebote bajo el aro en un partido de baloncesto femenino entre Cuba y Puerto Rico en La Habana 1982, el de 85 una acción de béisbol y el de 90 a Teófilo Stevenson. Aparentemente todo está bien, pero no. Por ejemplo dos de los cuatro sellos tienen la identificación del competidor, uno de los cuatro informa sobre el evento acontecido y uno de los cuatro (el de béisbol) solamente identifica al deporte ¿No es obvio que no hay homogeneidad en la información impresa? Se debe seguir un hilo conductor, o los cuatro aportan el nombre del participante, todos el deporte, todos los eventos, o ninguno aporta, pues es importante el balance.

Foto original de la pelea.

Es positivo aparezca Cascaret, el primer latinoamericano campeón mundial de lucha libre, aunque pudo colocarse cuando fue su medalla centroamericana en 1986 (si es que la imagen se corresponde con precisión a su actuación en los juegos regionales y no a otra competencia de lucha); bueno lo del baloncesto, pero con una falta ortográfica, pues le suprimieron “La” al nombre de la capital cubana y no está escrito en inglés, y tampoco me dice quien es la que salta con el balón; positivo elegir a Stevenson, pero la foto corresponde a la pelea contra Duane Bobick “La Esperanza Blanca” en la olimpiada de Munich 72 (demasiado famosa esa imagen para pasar inadvertida) cuando pudo utilizarse la del combate contra James Pearson (Islas Vírgenes) en La Habana 82.

Por último si el béisbol es el deporte nacional es imperdonable no logren identificar al jugador (se me parece a Víctor Mesa) que llega a la base en un partido presumiblemente contra Nicaragua, a partir de los uniformes tradicionales.

Y como los filatélicos usamos lupa hay más… ¿Qué son esas cuatro caritas en una franja clara debajo de Cascaret? ¿Fantasmas? ¿Una firma secreta como la del diseñador Otton? Deberían ser los árbitros, pero no miran a la acción, sino en dirección contraria y no hay proporción.

1 comentario en “Los centroamericanos de Barranquilla

  1. Excelente comentario e investigación, la verdad inmejorable. La pena es que estos comentarios no terminen en un libro anecdótico sobre los avatares (como es el caso) y los desaciertos del diseño postal cubano. Planteatelo como tema y reto, te saldrá muy bien.

    un saludo desde Barcelona, fito

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